miércoles, 7 de marzo de 2012

DIARIO DE CAMPAÑA

Poema de César Calvo, dedicado a Walter Palacios y a Héctor Béjar.

César Calvo engríe palomas
Detrás de nuestros actos, como una piel
de voluntad sin tregua, somos
nuestros propios antepasados. No hay roca
que no sea memoria de nosotros, no hay
trigo ni lamento
que no hayamos sembrado o desgajado. Sobre
estos mismos campos donde otros derramaron
las lunas de su sangre, y se alzaron los látigos
y nadie dijo nada: caminemos. A nuestro paso
    dejan
los muertos de morir, los aún no nacidos
respiran libremente.


Selva del Perú


(Después de aquella vida en la ciudad
vivimos
como una muerte a medias, ésta otra que avanza


sobre el hilo de los disparos de la noche,
alta en el corazón, nos reconforta.
¡Oh vida amenazada, golpeada
por los vientos, al aire, siempre al aire
y delante de sí misma siempre! Tal,
en pos de nosotros, avanzamos, somos

nuestro destino, la patria de los tiempos.
Y desde estas llanuras que son otras, entre
los altos bosques o relámpagos, nos miramos
llegar, nos saludamos).
¡Saluda, tierra, nuestro paso,
que tuyo es: callado
como el peligro, fértil
como tus leyes, revelado milagro! ¡Salúdalo
en la sangre, en la flor que abre o en la tumba
que se cierra como una flor sin nadie!


 [de "Antología de la poesía peruana" tomo ii de Peisa]

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